Eliminación del chabolismo
La presencia de huertos urbanos o peri-urbanos en pequeños rincones, entre edificios o carreteras, es bastante común. Ya sea en terrenos de titularidad municipal o privada, numerosas personas han “ocupado” unos terrenos sin uso para utilizarlos como huerto personal, a menudo acompañados con la construcción de una chabola con productos de desecho.
Estos huertos ilegales han proliferado en nuestras ciudades sin un control de su actividad, seguridad ni salubridad, rozando muchas veces el riesgo de intoxicación por el uso indebido de plaguicidas.
Con el necesario y vital compromiso político, es posible realizar una reordenación de estos espacios habilitando un terreno para la implantación de un huerto ecológico. Una iniciativa que contará con una ordenanza reguladora que establecerá las condiciones jurídicas y el uso de las parcelas disponibles, quiénes pueden ser los beneficiarios de la concesión de un huerto, los criterios de adjudicación y la duración de la misma.
También se recoge cuáles son los derechos y deberes de los usuarios, así como un régimen sancionador por el incumplimiento de los mismos.
Recuperación de espacios degradados
Las corporaciones municipales deben ver las ventajas que suponen crear estos espacios. Son una vía de contacto con la naturaleza, al mismo tiempo que aportan beneficios educacionales, sociales, ambientales, terapéuticos y, en algunos casos, económicos. Para su creación y desarrollo no hay que disponer de grandes extensiones de terreno; sólo se necesita un solar que esté en desuso o que quiera rescatarse de su degradación.
La parcela puede ser del Ayuntamiento o arrendada para ese fin y será gestionada por el Consistorio con la dirección técnica de un monitor
La agricultura urbana no es una moda pasajera, viene para quedarse. Se calcula que en el mundo actualmente hay 800 millones de personas vinculadas a esta actividad. El desafío para el futuro será integrar los proyectos de huertos urbanos dentro de un proceso general de rehabilitación urbana y territorial, ecológica, como un elemento más de los que conforman la complejidad urbana.