Un proyecto integrador de valor social

Los huertos ecológicos nacen con la intención de acercar a la ciudadanía a un estilo de vida más saludable, ocupando su tiempo libre en un entorno natural y practicando una actividad física. Pero apostar por estos espacios también significa apoyar medidas que inculcan valores de respeto e integración

Estos huertos cumplen una labor social vital para integrar a los distintos grupos sociales que conviven en nuestras poblaciones. Personas desempleadas, jubiladas, en peligro de exclusión, escolares o grupos desfavorecidos tienen sus propias necesidades, pero también pueden encontrar puntos en común en la labor del día a día en la tierra.

En Eko-Ortuak facilitamos una formación acorde a sus características e inculcamos un sentido de la responsabilidad y de la tolerancia que, junto a los productos que podrán cosechar, se convertirán en los frutos más valiosos de las parcelas.

Divulgación del proyecto en escuelas y en colectivos desfavorecidos

Otro de los aspectos fundamentales del proyecto es la divulgación de la cultura de lo ecológico en las escuelas, asociaciones que trabajan con colectivos desfavorecidos como es el banco de alimentos y en las personas de movilidad reducida.

Se destinan parcelas para el uso de los escolares del pueblo, con la idea de que mediante una enseñanza amena y divertida puedan conocer y experimentar los ciclos naturales y se procederá a una recolecta de productos por parte de los parcelarios y monitores, que será entregada al banco de alimentos con carácter periódico. Las personas con movilidad reducida también tienen la oportunidad de acceder a una parcela habilitada a sus características.

Residencias y geriátricos

Un centro gerontológico es otro espacio ideal para la implantación de esta iniciativa, de modo que puedan desarrollar un sistema integral, asistencial y terapéutico, para las personas mayores. Los beneficios son múltiples y conocidos:

• Estar en contacto con hortalizas y plantas ayuda a mejorar las capacidades físicas, psíquicas, cognitivas y sociales de las personas.
• Integra la jardinería y la agricultura ecológica en el día a día.
• Es una actividad lúdica que permite la interacción social.
• Ayuda a combatir la depresión que se pueda padecer por un sentimiento de abandono o soledad, favoreciendo un estado de ánimo positivo.
• El contacto con la naturaleza estimula los sentidos y mejora las funciones motoras.
• Tener una responsabilidad hace que aumente la autoestima.
• El recuerdo y añoranza de actividades de juventud.

Junto a todo esto, el proyecto conlleva la satisfacción y sentimiento de utilidad proporcionada por ver crecer las plantas y poder comerlas después, y favorece la posibilidad de mantener y establecer relaciones positivas con los demás, proporcionando una estimulación afectiva.